En Marruecos, ante el Parlamento, Emmanuel Macron reafirma la marroquinidad del Sáhara. Fadwa Islah, Jeune Afrique. 29 de octubre de 2024.

Por
10/30/24
6 minutos de lectura.
Política
blog main image

En la segunda jornada de su visita de Estado a Rabat, el presidente francés reiteró su apoyo al plan de autonomía para el Sáhara propuesto por Marruecos y reconoció la soberanía del reino sobre este territorio. Un gesto fuerte, cargado de simbolismo, que abre nuevas perspectivas en las relaciones entre los dos países.

"Para Francia, el presente y el futuro de este territorio forman parte de la soberanía marroquí". Reiterando lo que había escrito en su carta del 30 de julio al rey Mohamed VI con motivo del Día del Trono, Emmanuel Macron no se anduvo con rodeos y ofreció a los representantes electos del Parlamento marroquí un reconocimiento inequívoco del Sáhara como parte integrante del reino.

Un largo discurso -de casi 45 minutos- el más aplaudido de la historia de las intervenciones de un presidente francés en el Parlamento marroquí, que confirma el fin de un largo periodo de incertidumbre diplomática entre París y Rabat. Francia se alinea finalmente con el plan de autonomía marroquí, y esta opción estratégica se inscribe en una visión pragmática y sostenible: confiar en el único aliado estable, fiable y con visión de futuro, en el Magreb y en el continente.

En un tono que recuerda a "¡Te entendí!" del general De Gaulle, Emmanuel Macron fue capaz de transmitir a los cargos electos marroquíes un mensaje claro, impregnado de solemnidad, comprensión e incluso humor, intercalado con referencias a los numerosos diplomáticos, pensadores y artistas que marcan la historia de los dos países, desde Delacroix a Abdellah Ben Aïcha, Jacques Berque o Louis Massignon. Pero también, en referencia a un pasado mucho más reciente, a sus equipos de fútbol y a los jugadores marroquíes que militan en los principales clubes franceses.

"Este discurso es impecable, a años luz de la serie de errores que el presidente Macron pudo haber cometido durante estos años de frío, o con ocasión de sus discursos durante viajes a otros países del continente", remarcó un diplomático marroquí, ahora retirado. Macron ha integrado bien las expectativas de los marroquíes, pero también cómo hablarles, sin paternalismos, pero en pie de igualdad, reconociendo el nuevo estatus del país, comprometido con el desarrollo acelerado, que ahora lo convierte en una potencia regional. »

Al reconocer que "la autonomía bajo soberanía marroquí es el marco en el que debe resolverse esta cuestión", Macron corrige la ambigüedad de la posición francesa de los últimos años, marca el final de una era de indecisión por parte de París, caldo de cultivo para la ruptura entre los dos países. La cuestión del Sáhara, convertida en prioridad nacional -como recordó el rey durante su discurso de inicio de la legislatura-, es existencial y encarna el prisma a través del cual el reino evalúa la calidad de sus relaciones diplomáticas con otros países.

Un primer paso en 2007, luego inmovilidad

Para Marruecos, este reconocimiento representa no solo una validación de su política, sino también un acto de justicia. Como antigua potencia colonizadora de los países de la región, Francia estuvo a la vanguardia del nacimiento de este conflicto. Esto es lo que llevó a un primer paso en esta dirección en 2007, con el apoyo de París a la propuesta marroquí de un plan de autonomía... Antes de inmovilizarse durante varios años en una postura que parecía cada vez más ambigua ante los avances de muchos países como Estados Unidos, España o Alemania, por temor a oscurecer sus relaciones con Argel, actor en este asunto.

"Emmanuel Macron ha privilegiado durante mucho tiempo sus relaciones con Argel, sin duda deseando ser recordado como el presidente francés que resolvió la cuestión de la memoria con Argelia. Pero querer reconciliar a Francia con un régimen cuya estabilidad se ha basado durante décadas en la hostilidad hacia París era una apuesta arriesgada, como habían advertido muchos expertos del ámbito diplomático y empresarial. Y que resultó ser un perdedor, ya que Argel solo ha respondido a sus acciones con mayores exigencias y críticas repetidas", comenta un ex embajador francés en Argelia.

Hoy, el presidente Emmanuel Macron está tomando la decisión, muy pragmática, de mirar a Marruecos y al futuro, ya que el país está inmerso en un proceso de desarrollo acelerado en sectores que son esenciales para la economía del mañana: tecnología, energías renovables, hidrógeno verde, gigafábricas, industria automotriz, ferrocarriles, IA, etc. Por no hablar del papel fundamental que desempeña en el África subsahariana, donde Francia ha seguido perdiendo terreno en los últimos años mientras que Marruecos lo está ganando. En este sentido, Emmanuel Macron calificó a Rabat como un "perro guardián y un bastión" para Francia en una región plagada de tensiones y rápidas transformaciones.

Todo el mundo sabe, todo el mundo ve también que el continente africano será aquel en el que se jugará gran parte de nuestro futuro.Emmanuel Macron

"Todo el mundo sabe", martilleó el presidente francés frente a los parlamentarios marroquíes conquistados, "todo el mundo ve también que el continente africano será aquel en el que se jugará gran parte de nuestro futuro. Con África, porque las gafas de ayer están anticuadas, estamos inmersos en una renovación de nuestra relación con los pueblos, con los Estados y Marruecos, a través de su geografía, su historia, su cultura, la visión de sus soberanos, ha afirmado durante mucho tiempo su vocación de plataforma, de intermediario, de camino singular. Su estabilidad, apertura y desarrollo son activos inigualables que reconocemos en su verdadero valor y que pueden inspirar muchas iniciativas conjuntas. Por eso, creo profundamente, que tenemos que trabajar juntos y sé que puedo inspirarme en su país y en su acción en el Sáhara y el Sahel. "Esta nueva asociación con África, a través de su juventud, es la que queremos construir juntos, en el Sahel y el Sáhara, como mencioné, pero en todo el continente, a través de la educación, la agricultura, los proyectos ecológicos, la tecnología digital y la energía", insistió. »

Apoyo y numerosas inversiones en el Sáhara

Continuando con esta lógica, Emmanuel Macron recordó que "el plan de autonomía de 2007 constituye la única base justa y duradera" para resolver la cuestión del Sáhara. Al inscribir esta posición en la historia y en el derecho, el presidente francés se posiciona como un aliado fiable para Marruecos, en un tema en el que Estados Unidos, España y Alemania ya han mostrado su apoyo a la solución marroquí. Este apoyo, precisó, no está dirigido de ninguna manera contra otros actores regionales, sino que tiene como objetivo, por el contrario, "abrir una nueva página de cooperación regional en el Mediterráneo".

Este reconocimiento francés no debe limitarse a las palabras. Irá acompañado de importantes proyectos de inversión en las provincias del sur de Marruecos. "Nuestros operadores y empresas apoyarán el desarrollo de estos territorios a través de inversiones, iniciativas sostenibles y solidarias", dijo el presidente francés. Con proyectos en el ámbito de las infraestructuras, de la energía verde y, en particular, del hidrógeno, Francia quiere apoyar el crecimiento de las provincias saharianas y reforzar la posición de Marruecos como actor fundamental en la transición energética en África.

Para París, esta posición va más allá del marco de una simple relación bilateral. "La elección de restablecer las buenas relaciones con Marruecos es una elección de la razón, de una alianza orientada hacia el futuro", dice un asesor cercano al Elíseo. En un momento en el que Francia busca aliados estables, Marruecos, la tercera potencia económica de África, está demostrando ser un socio ideal, tanto en términos de estabilidad, innovación económica como de seguridad regional.

En esta región necesitamos una estabilidad que respete a las personas, proyectos de desarrollo para los jóvenes, que son los únicos que permitirán poner fin a las rutas de la trata y la miseria.Emmanuel Macron

Y el interés de esta elección de Marruecos no se limita a las cuestiones regionales: es una estrategia más amplia de reposicionamiento en África la que Emmanuel Macron está esbozando. Marruecos, un actor influyente en el África subsahariana, representa un puente sólido para Francia, mientras que esta última está viendo disminuir su influencia en áreas estratégicas como el Sahel, donde París, a diferencia del reino, ahora se percibe como persona non grata. "Necesitamos en esta región una estabilidad que respete a la gente, proyectos de desarrollo para la juventud, que sean los únicos que pongan fin a las rutas del tráfico y la miseria", dijo el jefe de Estado francés, insistiendo en Marruecos como bastión de seguridad al sur del Mediterráneo.

Reposicionamiento en África

"Juntos, construiremos un área ordenada de seguridad y prosperidad, y construiremos puentes para el futuro entre Europa y África", dijo el presidente, que también repitió sobre el tema del Sáhara: "Francia nunca le ha fallado a Marruecos en las cuestiones existenciales que ha enfrentado [...] y reafirmo aquí ante ustedes, para Francia, el presente y el futuro de este territorio forman parte de la soberanía marroquí. Un compromiso que le valió una gran ovación de los parlamentarios marroquíes.

Entre inversiones, cooperación en materia de seguridad y proyectos compartidos, Emmanuel Macron y el rey Mohamed VI pretenden ahora abrir una nueva era en la relación entre sus países. Una época descrita oficialmente como una "asociación excepcional". Y ya se ha fijado la fecha para el 6 de noviembre de 2025: en esta ocasión, París ha invitado al soberano marroquí a venir a celebrar el 70 aniversario de los Acuerdos de La Celle-Saint-Cloud, que llevan el nombre de esta comuna del oeste de París donde se decidió el regreso del exilio de Mohamed V y se decidió el establecimiento de un proceso para la independencia de Marruecos.

Au Maroc, devant le Parlement, Emmanuel Macron réaffirme la marocanité du Sahara - Jeune Afrique

En la fotografia de cabecera: El presidente francés, Emmanuel Macron, durante su discurso ante los miembros del Parlamento marroquí, en Rabat, el 29 de octubre de 2024. © Ludovic Marin / AFP

Por
author image