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Sin embargo, los 13 empleados locales, en su mayoría mozambiqueños, continúan reclamando sus derechos laborales, alegando que no han recibido la compensación económica prometida durante el proceso de cierre de la misión diplomática.
Entre los compromisos adquiridos por la embajada figuraban el pago de una indemnización justa, las vacaciones no disfrutadas y una prima por años de servicio.
La situación ha empeorado en los últimos días, con fuertes indicios de que los diplomáticos intentan abandonar el país sin cumplir sus obligaciones económicas.
Según ha informado a Integrity Magazine una fuente que trabajó en la misión, en noviembre de 2024 se celebró una reunión entre los trabajadores y el encargado de negocios, acompañado de otros diplomáticos. Durante la reunión, se informó oficialmente a los empleados del cierre de la misión. La decisión estaba relacionada con una cuestión de reciprocidad diplomática entre Mozambique y Guinea Ecuatorial, puesto que Mozambique ya había decidido abrir un consulado general en ese país.
En la misma reunión, se les prometió que, a finales de año, todos los empleados recibirían una compensación por sus servicios, ajustada a su tiempo de trabajo y rendimiento. También se entregaría a cada empleado un certificado de trabajo que acreditara sus funciones y su periodo de actividad en la embajada. Sin embargo, sólo se llevó a cabo la entrega de los certificados, mientras que la compensación económica nunca se materializó.
Entre noviembre de 2024 y enero de 2025, un pequeño grupo de empleados permaneció en la embajada para ayudar con el proceso de desmantelamiento, incluida la tramitación de documentación con el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación (MINEC) y el transporte de los bienes de la misión a Pretoria, Sudáfrica. Este grupo se enfrentó a constantes retrasos en el pago de los salarios y se vio obligado a trabajar sin ninguna garantía de recibir la indemnización prometida.
"El 31 de diciembre nos dijeron que el gobierno seguía trabajando para pagar las indemnizaciones. Sin embargo, hasta la fecha no se ha hecho nada", informó la fuente. "Cuando interrogamos al jefe sobre la situación, nos acusaron de pensar demasiado en el dinero".
Ante el silencio de la embajada, los trabajadores decidieron apelar al gobierno mozambiqueño. En una carta dirigida al Presidente de la República, Daniel Chapo, solicitaron una intervención urgente para garantizar sus derechos laborales, de acuerdo con la legislación mozambiqueña y los tratados internacionales que regulan las relaciones laborales en las misiones diplomáticas.
Entre los derechos reclamados se encuentran: el pago de las indemnizaciones acordadas, el pago de las vacaciones no disfrutadas y el pago de primas por los servicios prestados.
Los funcionarios afirman que, aunque se han resuelto las cuestiones logísticas relacionadas con el cierre de la misión, incluido el envío de material a la embajada de Guinea Ecuatorial en Pretoria, se han desatendido sus derechos. Según ellos, dos diplomáticos permanecen en el país para finalizar el proceso, pero la mayoría ya ha regresado a Guinea Ecuatorial, dejando a los trabajadores sin ninguna respuesta concreta.
La situación se ve agravada por las denuncias de irregularidades en la gestión financiera de la embajada. La fuente reveló que el embajador, ausente desde hace más de tres años, seguía siendo el único firmante en las cuentas bancarias de la misión. Ni siquiera el encargado de negocios estaba autorizado a realizar transacciones financieras, lo que provocaba frecuentes retrasos en el pago de los salarios, algunos de ellos con hasta dos meses de retraso.
Los trabajadores temen ahora que los últimos diplomáticos abandonen el país sin cumplir sus promesas. "Lo que quieren es irse sin hacer ruido, dejándonos sin nada", dijo la fuente. Los funcionarios sospechan que el gobierno de Guinea Ecuatorial prepara una salida estratégica, entregando en el último momento sumas irrisorias como compensación.
Mientras tanto, los empleados siguen presionando al gobierno mozambiqueño para que actúe en su defensa, recordando que el derecho internacional y la Convención de Viena protegen los intereses de los trabajadores locales de las misiones diplomáticas. (Bendito Nascimento)
